/ El establo de Pegaso: noviembre 2017

jueves, 30 de noviembre de 2017

Mi danza son las Matemáticas

Poema a Emmy Noether, escrito por JoAnne Growney
Cuando tras la muerte de la prestigiosa algebrista Amalie "Emmy" Noether, el New York Times no publicó su obituario, Albert Einstein corrigió la omisión con una carta al editor (destacando los logros de Noether) fue publicada el 5 de mayo de 1935. Además de su elogio como uno de los matemáticos más prestigiosos de todos los tiempos, Einstein dijo de las matemáticas: "La matemática pura es, a su manera, la poesía de las ideas lógicas". En la década de 1960, cuando me adentré en el mundo de las matemáticas, dominado por los hombres, Emmy Noether fue una de mis heroínas. Años después escribí este poema.

Mi danza son las Matemáticas
Abajo, abajo, abajo en la oscuridad de la tumba
Suavemente van, lo bello, lo tierno, lo amable;
Silenciosamente van, los inteligentes, los ingeniosos, los valientes.
Lo sé. Pero no estoy de acuerdo. Y no estoy resignado.
De "Dirge without Music" de Edna St Vincent Millay; Ofrecido por Hermann Weyl en recuerdo de Amalie "Emmy" Noether el 26 de abril de 1935 en Bryn Mawr College.

Te llamaron der Noether, como si las matemáticas
fueran solo para hombres En 1964, casi treinta años
después de tu muerte, te vi destacar
en un cartel de la Exposición Universal, "Hombres en las Matemáticas Modernas".

Sus colegas elogiaron su brillantez, pero después
te llamaron gorda y sencilla, ruda y fuerte.
Algunos mencionaron tu amabilidad y buen humor
aunque ninguno, en su vida, admitió que era usted
la que lideró el camino del álgebra axiomática.
Directa y valiente, sin preocuparse de sí misma,
elegante de la mente, una poeta de ideas lógicas.

En una fiesta cuando tenías ocho años,
alzaste la voz para resolver un difícil acertijo matemático.
Te distingues, sin miedo.

Te seguí y te vi elegir
entre las matemáticas y otro romance.
Solo para mujeres, esta norma exclusiva.

Escuché a los padres decir: "Baila con Emmy--
solo una vez, a primera hora de la noche. Viejo Max
amigo; a tu hija le gusta bailar".

Si el baile de una mujer son las matemáticas,
ella baila sola.

Las madres dijeron: "No se burlen. El corazón de esa extraña
es bondadoso. Ayuda a su madre en la casa
y no puede evitar tener una mente curiosa".

Los maestros dijeron: "Es inteligente pero terca,
polémica y llamativa, una constructora de teoría
no le convencen nuestras ideas".

Los estudiantes dijeron: "Es difícil de seguir, me aburre".
Algunos se mantuvieron firmes y crearon nuevas álgebras
sobre sus exigentes formulaciones.

A pesar del talento de Emmy,
siempre hubo motivos
para no reconocer sus méritos
o no darle un empleo estable.
Es una pacifista, una mujer.
Ella es mujer y judía.
Su pensamiento abstracto
es femenino e incomprensible.

Hoy, los libros de historia destacan que Noether
es el matemático más grande
de su sexo. Dicen que era buena
para ser mujer.

Amalie "Emmy" Noether nació en Alemania (1882) y se educó allí; huyó de los nazis a los EE. UU. en 1933 y murió el 14 de abril de 1935 en Bryn Mawr, Pensilvania. El teorema de Emmy Noether revolucionó la física y es clave para entender la física de partículas elementales y la teoría cuántica de campos.

Este poema de JoAnne Growney, aparece en la entrada 'Poesía de Ideas Lógicas' del blog Intersections -- Poetry with Mathematics

My Dance is Mathematics

Down, down, down into the darkness of the grave
Gently they go, the beautiful, the tender, the kind;
Quietly they go, the intelligent, the witty, the brave.
I know. But I do not approve. And I am not resigned.

From "Dirge without Music" by Edna St Vincent Millay; offered
by Hermann Weyl in a Memorial Address for Amalie "Emmy" Noether
on April 26, 1935 at Bryn Mawr College.

They called you der Noether, as if mathematics
was only for men. In 1964, nearly thirty years
past your death, I saw you in a spotlight
in a World's Fair mural, "Men of Modern Mathematics."

Colleagues praised your brilliance--but after
they had called you fat and plain, rough and loud.
Some mentioned kindness and good humor
though none, in your lifetime, admitted it was you
who led the way in axiomatic algebra.
Direct and courageous, lacking self-concern,
elegant of mind, a poet of logical ideas.

At a party when you were eight years old,
you spoke up to solve a hard math puzzle.
Fearless, you set yourself apart.

I followed you and saw you choose
between mathematics and other romance.
For women only, this exclusive standard.

I heard fathers say, "Dance with Emmy--
just once, early in the evening. Old Max
is my friend; his daughter likes to dance."

If a woman's dance is mathematics,
she dances alone.

Mothers said, "Don't tease. That strange one's heart
is kind. She helps her mother with the house
and cannot help her curious mind."

Teachers said, "She's smart but stubborn,
contentious and loud, a theory builder
not persuaded by our ideas."

Students said, "She's hard to follow, bores me."
A few stood firm and built new algebras
on her exacting formulations.

In spite of Emmy's talents,
always there were reasons
not to give her rank
or permanent employment.
She's a pacifist, a woman.
She's a woman and a Jew.
Her abstract thinking
is female and abstruse.

Today, history books proclaim that Noether
is the greatest mathematician
her sex has produced. They say she was good
for a woman.
This poem is included in the anthology: Strange Attractors: Poems of Love and Mathematics (A K Peters, 2008)

JoAnne-Growney.jpg

JoAnne Growney estudió álgebra abstracta en la Universidad de Oklahoma, pero ha ampliado su punto de vista para abarcar otros campos, como el arte y la literatura.
Mientras fue profesora en la Universidad de Bloomsburg en Pensilvania, -actualmente está retirada de la docencia- integró la poesía en sus clases de matemáticas, y la colección de poemas, que comenzó allí, se ha convertido en el blog Intersecciones - Poesía con Matemáticas.
JoAnne es poeta y participa en proyectos colaborativos con artistas visuales y matemáticos, además de dedicarse a la traducción de poesía rumana.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Ettore abandonó en Nápoles la mitad de su ausencia


En 1938, tras tomar en Nápoles un barco hacia Palermo, el físico Ettore Majorana desapareció misteriosamente en el Tirreno. Dejó escritas dos cartas, una parece la nota de un suicida y la otra podría interpretarse como la despedida de una persona que busca comenzar una nueva vida. La versión oficial fue que se había arrojado al mar durante la travesía, pero su cadáver nunca se encontró. Ettore, literalmente, se esfumó.
Majorana se doctoró bajo la dirección de Enrico Fermi con el trabajo: La teoría cuántica de los núcleos radiactivos, y es conocido sobre todo por sus estudios en física de partículas. En 1937, propuso una ecuación que deduce de la teoría cuántica, la posibilidad de la existencia de una partícula muy especial, que es a la vez su propia antipartícula: el fermión de Majorana, y que estaría justo en la frontera entre la materia y la antimateria.

Ettore abandonó en Nápoles la mitad de su ausencia

El 27 de marzo de 1938
desapareció en el Tirreno Ettore Majorana.
Se arrojó al mar desde un barco
-esa fue al menos la versión oficial-,
pero, quizás, dimensiones extra ocultas bajo el agua
transformaron su cuerpo
en una metáfora de la partícula que amaba
y, como ella, comenzó a existir
en varios órdenes de realidad,
-un Ettore elemental con su propio anti Ettore-
No vivo y no muerto,
tal vez superpuesto en la espuma,
abandonó en Nápoles la mitad de su ausencia
y viajó a Palermo con la otra mitad.
Dejó escrito: “el mar me rechazo sin remedio”.
pero el tiempo leva anclas,
la incertidumbre navega
tras la estela del paquebote Tirrenia
y el espacio, como un pez volador,
duerme bajo el firmamento.
A lo lejos, el parpadeo del faro
se confunde con las escamas del cielo
y, aunque el destello es hermoso,
Ettore sabe que esa luz apenas si puede sostenerlo.
En la costa, el Vesubio da sentido a este instante.


Tanto a Majorana, como a la partícula que describió, ha sido difícil seguirles el rastro. La desaparición de físico nunca se resolvió y desde 1938 han circulado todo tipo de conjeturas, que van desde el suicidio a su huida a Sudamérica, pasando por el retiro en un convento. En los últimos años, ha cobrado fuerza el rumor de que estuvo a mediados de los años 50 en Venezuela bajo el nombre de Bini. Otros testigos, como la viuda del escritor Miguel Angel Asturias dice haberlo conocido en Argentina como amigo de una matemática de nombre Eleonora Cometta-Manzonni, pero el misterio continúa hasta hoy.

"Nessuno mi troverà". Trailer